Llamé
al Autor, para pedirle una entrevista. Dijo que si, siempre que le
pagara "por palabra". Le respondí que yo no decidía,
tenía que hablar primero con el Editor de la revista.
"Puedo
darte hasta siete palabras gratis, ¿las quieres?", dijo el
Autor.
"Si.
Las quiero."
"Adopta
un árbol y mata un niño", dijo y colgó.
Para
mí sus palabras no valían un centavo, pero el Editor pensaba
diferente. Acordaron el costo de cada palabra entre ellos.
Quedé
de verme con el Autor en su casa. Me recibió en la biblioteca.
"¿Cuándo
comenzaste a escribir?", le pregunté, encendiendo la grabadora.
"Creo
que fue a los doce años. Escribí una pequeña tragedia. Siempre he
pensado que una buena historia debe terminar con alguien muerto. Sigo
matando gente hasta hoy."
"¿No
crees que eso muestra una preocupación mórbida por la muerte?"
"Puede
ser también una preocupación saludable por la vida, que al final es
lo mismo."
"¿Cuántos
libros hay en esta habitación?"
"Cerca
de cinco mil."
"¿Los
has leído todos?"
"Casi."
"¿Lees
diariamente? ¿Cuántos? ¿A qué velocidad?"
"Leo
al menos un libro por día. Mi velocidad, hoy, es de cien páginas
por hora. He leído más rápido."
"¿Cuándo
te publicaron por primera vez? ¿Tardaste mucho?"
"Tardé.
Ellos querían que escribiera igual que Machado de Assis, y yo no
quería y no sabía."
"¿Quiénes
eran ellos?"
"Los
tipos que editaban los libros, los suplementos literarios, las
revistas de literatura. Ellos querían a los negritos pastores, los
guaraníes, la vida de los sertónes. Yo vivía en un edificio de
apartamentos en el centro de la ciudad y desde la ventana de mi
cuarto veía letreros de neón y oía el barullo del motor de los
automóviles."
"¿Por
qué te convertiste en escritor?"
"Las
personas como nosotros o se vuelven santos o locos, o revolucionarios
o bandidos. Como no hay verdad ni éxtasis en el poder, elegí entre
escritor y bandido."
"He
oído que te acusan de escritor pornográfico. ¿Lo eres?"
"Lo
soy, mis libros están llenos de miserables sin dientes."
"Tus
libros se venden bien. ¿Hay tanta gente interesada en esos
marginales de la sociedad? Una amiga mía, el otro día, dijo no
estar interesada en historias de personas que no tienen zapatos."
"Ellos
tienen zapatos, a veces. Lo que les falta, siempre, son dientes. La
caries surge, comienza a doler, y el pilantra1,
al final, va al dentista, a uno de esos que tienen en la fachada un
anuncio de acrílico con una gran dentadura. El dentista dice cuánto
cuesta tapar el diente. Arrancarlo siempre es más barato. Entonces
arránquelo, dice el sujeto. Así se queda sin un diente, y luego
otro, hasta que el chico termina con sólo uno o dos, al frente,
apenas para darle un aspecto pintoresco y hacer reír al público, si
por casualidad tuviera la suerte de aparecer en la tele animando al
Flamengo en un juego contra el Vasco."
El
Autor se levanta, va a la ventana y mira. Luego toma un libro del
estante.
"Pero
no escribo únicamente sobre marginales intentando alcanzar la lumpen
burguesía, también escribo sobre gente fina y noble. ¿Leíste el
libro, Cartas de la duquesa de San Severino? El duque de San
Severino es un hombre muy rico, al que no le gusta su esposa, la
joven y linda duquesa de San Severino. La madre del duque, la vieja
duquesa de San Severino, tampoco gusta de su nuera, pues ésta, al
casarse con su hijo, era una simple baronesa. La joven duquesa sufre
terribles momentos en el castillo, en especial durante las cenas de
gala, cuando se discuten árboles genealógicos —la familia del
duque asciende hasta Pipino el Breve—, mientras la de la exbaronesa
comenzaba apenas en el siglo XVII. No pudiendo soportar esas
humillaciones y ofensas, la joven duquesa, decide ser psicoanalizada
por un profesor maduro y sabio, por quien ella, al final, se
apasiona. Pero el analista se rehúsa a tener relaciones físicas con
la joven duquesa, alegando que se trata de una transferencia y no de
un gesto espontáneo de amor. Desesperada, la joven duquesa comienza
a interesarse en el cultivo de orquídeas raras, lo que la redime de
todos sus sufrimientos. Por supuesto esto es sólo una resumen de una
historia colorida y edificante, plena de caracterizaciones
interesantes, en un estilo que permite al lector penetrar en el
núcleo central del significado de la palabra sin mucho esfuerzo,
pero, no por eso, menos gratificante. Es una novela que tiene flores,
belleza, nobleza y dinero. Reconociendo que ésto es lo que todos
queremos tener."
"¿Es
la presencia de la ciencia, en la figura del psicoanalista, un
símbolo?"
"Deliberadamente
cándido. Escribí el libro a la manera de Marcel Proust,
evidentemente. En el inicio del libro, la joven duquesa recuerda sus
tiempos de niña, cuando era baronesita, en los jardines del palacio,
degustando magdalenas al atardecer, aprendiendo a bailar el minueto y
a tocar el clavicordio. Luego sigue la horrible muerte de su padre,
el viejo barón, en el naufragio del Lusitania; la locura de su
madre, la vieja baronesa, internada en una clínica en Suiza, ubicada
entre pinos y picos cubiertos de nieve. Finalmente el matrimonio
insoportable, el romance con el profesor Klein, y el cultivo de
orquídeas. El libro termina con las orquídeas, una especie de himno
bucólico y panteísta."
"Y
la joven duquesa tiene todos los dientes, supongo."
"Bueno,
algunos son postizos. Pero eso no es dicho muy claramente. ¿Para qué
decepcionar a los lectores? Apenas, en un pasaje, me refiero a las
dificultades que ella tiene para comer un durazno, una cita poética
—do I date etc.— para buenos entendedores. Además, los dientes
son blancos, perfectos. Alguien dijo que lo que importa no es la
realidad, es la verdad, y la verdad es aquello en lo que se cree."
Me
levanté y extendí la mano, pidiéndole el libro que sostenía. En
la portada tenía un enano negro, en lugar de una joven duquesa. El
titulo del libro era El enano que era negro, padre, jorobado y
miope.
"Este
libro fue interpretado de varias maneras, incluso como pornográfico.
¿Vamos a hablar de pornografía?"
"Joãozinho
y Maria fueron llevados a pasear en el bosque por su padre que, en
complicidad con la madre de los niños, pretendía abandonarlos para
que fueran devorados por los lobos. Al ser conducidos por el bosque,
Joãozinho y Maria, que desconfiaban de las intenciones de su padre,
iban dejando, disimuladamente, pedacitos de pan por el camino. Las
bolitas de pan servirían para guiarse de vuelta, pero un pajarito se
comió todo y, después de abandonados, los niños, perdidos en el
bosque, acabaron cayendo en las garras de una vieja bruja. Sin
embargo, gracias a la astucia de Joãozinho, ambos consiguieron
meter a la vieja en una olla de aceite hirviendo, matándola tras una
larga agonía llena de profundos gemidos y súplicas. Después los
niños regresaron a la casa de sus padres, con las riquezas que
robaron en la casa de la vieja, y volvieron a vivir juntos
nuevamente."
"Pero
eso es un cuento de hadas."
"Es
una historia indecente, deshonesta, vergonzosa, obscena, impúdica,
sucia y sórdida. Sin embargo está impresa en todas o casi todas las
lenguas del mundo y es tradicionalmente transmitida de padres a hijos
como una historia edificante. Esas criaturas, ladrones, asesinos, con
sus padres criminales, no debían entrar en la casa de la gente, ni
siquiera escondidas dentro de un libro. Esa es una verdadera historia
de indecencia, en el significado popular de suciedad que la palabra
tiene. Y, por eso, es pornográfica. Pero cuando los defensores de la
decencia acusan alguna cosa de pornográfica es porque ella describe
o representa funciones sexuales o excretoras, con o sin el uso de
palabras vulgares comúnmente llamadas groserías. El ser humano,
dijo alguien una vez, aún se ve afectado por todo aquello que le
recuerda inequívocamente su naturaleza animal. También ya dijeron
que el hombre es el único animal cuya desnudez ofende a los que
están en su compañía y el único que en sus actos naturales se
esconde de sus semejantes."
"¿Y
las palabras son influenciadas por eso?"
"Claro.
La metáfora surgió por eso, para que nuestros abuelos no tuvieran
que decir —joder. Ellos dormían con, hacían el amor (a veces en
francés), tenían relaciones, congreso sexual, conjunción carnal,
coito, cópula, hacían de todo, pero no jodían. Tuve un profesor de
derecho tan eufemístico que, cuando quería describir un caso de
seducción —que, como sabes, se caracteriza legalmente por la
cópula— hablaba latín: introductio penis intra vas. Los
filólogos y lingüistas también son personas atrapadas por el tabú.
Me gustaría que algún filólogo, un día, escribiera un libro
titulado: Joder. Éstas restricciones al llamado “nombre malo”
son atribuidas por algunos antropólogos al tabú ancestral contra el
incesto. Los filósofos dicen que lo que perturba y alarma al hombre
no son las cosas en sí, sino sus opiniones y fantasías respecto de
ellas, pues el hombre vive en un universo simbólico y el lenguaje,
el mito, el arte, la religión son partes de ese universo, son las
variadas lineas que tejen la intrincada red de la experiencia humana.
En 1884, un neurólogo francés, Gilles de la Tourette, describió un
comportamiento anormal en que el paciente grita en todo momento
palabras consideradas obscenas. Las maldiciones van acompañadas de
un tic muscular. Ese conjunto de síntomas recibió el nombre de
síndrome de Tourette. Hasta la fecha sus causas no han sido
esclarecidas, de modo que no existe una cura definitiva. Pensando que
tal vez la dolencia sea una reacción contra la rigidez intolerable
de ordenación tabuística, un médico estadounidense desarrolló una
técnica terapéutica que consiste en hacer que el paciente repita
las obscenidades los más alto y más rápido posible, hasta que
quede exhausto. Imagínese esta escena ambientada en el consultorio
de un psicólogo, idéntica a un pedazo de prosa delirante de
Borroughs. El paciente tiene conectados al cuerpo electrodos, a su
vez conectados a una máquina cuyo funcionamiento es sincronizado con
un metrónomo. Ese metrónomo controla la velocidad en que las
palabras deben ser gritadas —hasta doscientas por minuto. ¿Podrías
gritar cien obscenidades por minuto?"
"Supongo
que no", respondí, mientras colocaba otra cinta en la
grabadora.
"En
caso de que no grites las obscenidades a la velocidad requerida,
choques eléctricos te obligaran a mantener el ritmo. El tratamiento
parece tener como objetivo crear en el paciente un mínimo de
inhibición, es decir, por no soportar, por falta de alivios
temporales, la inhibición que sufre, el individuo explota, siendo
llevado a un tipo de comportamiento antisocial que exige la
reimplantación de nuevos sistemas inhibitorios. El error parece
estar en el supuesto de que las inhibiciones son necesarias para el
equilibrio individual. Me parece más verdadero lo contrario —las
inhibiciones sin posibilidad de desahogo pueden causar serios males a
la salud de los individuos. Una sabia organización social debería
impedir que fueran reprimidos esos caminos comunicativos de alivio
vicario y de reducción de tensión. Las alternativas a la
pornografía son la enfermedad mental, la violencia, la bomba.
Debería crearse el día nacional de la Grosería. Otro peligro de la
represión de la llamada pornografía es que tal actitud tiende a
justificar y perpetuar la censura. La afirmación de que algunas
palabras son tan perjudiciales al grado de no poder ser escritas es
usada en todos los intentos de impedir la libertad de expresión."
"¿No
crees que la pornografía verbal esta desapareciendo? En los campos
de fútbol coros de niñas entonan deportivamente canciones como
esta, que escuché el domingo:
Uno,
dos, tres,
cuatro,
cinco, un millón.
Aquí
nada más al Flu
le
va la puta que lo parió."
"Ambas
palabras, puta y parió, derivan de una palabra-clave, que es joder.
Es evidente que, en este caso, las palabras están teniendo un efecto
catártico, de alivio de estrés y presión. Este fenómeno es más
notable cuando se produce una regimentalización de los individuos,
en tiempos de guerra o incluso en la paz, en los cuarteles, los
asilos, las prisiones, las escuelas, las fábricas, los núcleos
urbano-industriales de alta concentración demográfica. En esos
casos el uso de palabras prohibidas es una forma de defensa
antirrepresiva. Pero, básicamente la pornografía que aún existe
hoy es el resultado de un latente prejuicio antibiológico de nuestra
cultura. Recuerdo haber leído las quejas de una escritora que
afirmaba que, de tanto ser abusado, distorsionado, transformado en un
lugar común, el lenguaje pornográfico acabaría dejando de ser el
lado opuesto del noble lenguaje de la religión y del amor, y nada
quedaría para exprimir al fausto de las obscenidades, que, para
muchas personas, por cierto, es la mitad del placer del acto sexual."
"¿Tu
libro, El enano... puede considerarse pornográfico?"
"La
mayoría de los libros considerados pornográficos se caracterizan
por una serie sucesiva de escenas eróticas cuyo objetivo es
estimular psicológicamente al lector —un afrodisiaco retórico.
Son evitados todos los elementos que puedan distraer al lector del
envolvimiento unidimensional al que está siendo sometido. Son libros
de gran simplicidad estructural, con un nudo circunscrito a las
transacciones eróticas de los personajes. Las tramas tienden a ser
básicamente idénticas en todos ellos, hay apenas diferencias de
grado en la escatología y en la perversión. Dado que no están
excesivamente expuestos a este tipo de literatura, la mayoría de los
lectores son estimulados por ella. No hay nada más aburrido que la
saturación erótica barata. La propia complejidad del libro
mencionado por usted, El enano... excluye el libro de esa categoría.
Sabes que no hay ningún enano en el libro. Sin embargo, algunos
críticos afirman que él simboliza a Dios, otros que representa el
ideal de belleza eterna, otros incluso que es un grito de rebelión
contra la iniquidad del tercer mundo."
"Pero
otros también han dicho que el libro no pasa de ser un montón de
vulgaridades gratuitas, erotismo crudo y groserías ásperas,
innecesarias e inútiles, temperado por una mente sucia."
"¿Pirão2
o estofado? Dijeron cosas parecidas de Joyce."
"¿Te
consideras igual a Joyce?"
"Odio
a Joyce. Odio a todos mis predecesores y contemporáneos."
"Dentro
de poco hablaremos de eso. No me gustaría dejar el tema de la
pornografía, por ahora, ¿de acuerdo? ¿La lectura de libros
pornográficos puede llevar al individuo a un comportamiento mórbido
y antisocial?"
"Al
contrario. Para muchas personas sería aconsejable la lectura de
libros pornográficos, por los mismos motivos catárticos que
llevaron a Aristóteles a proponer a los atenienses que fueran al
teatro."
"Entonces,
para esa gente, ¿lo ideal sería un teatro pornográfico?"
"Exactamente.
Eso que se llama pornografía nunca hace mal, y a veces hace bien."
"Pero
muchas personas, incluidos algunos educadores, psicólogos,
sociólogos, no piensan así."
"Hay
personas que aceptan la pornografía en todas partes, hasta, y
principalmente, en su vida privada, menos en el arte, creyendo, como
Horacio, que el arte debe ser dulce y útil. Al atribuir al arte una
función moralizante, o al menos, entretenedora, esa gente acaba
justificando el poder coercitivo de la censura, ejercida sobre los
argumentos de seguridad y bienestar público."
"Hablando
de seguridad. ¿Existe una pornografía terrorista?"
"Existe,
y, al contrario de otras pornografías, tiene un código
anafrodisíaco, donde el sexo no tiene ni glamour, ni lógica, ni
sanidad —apenas fuerza. Pero la pornografía terrorista es tan
extraña que ya fue llamada pornografía de ciencia ficción.
Ejemplos destacados de ese género son los libros del Marques de Sade
y de William Borroughs, que causan sorpresa, pasmo y horror en
algunas almas simples, libros donde no existen árboles, flores,
pájaros, montañas, ríos, animales —sólo la naturaleza humana."
"¿Y
qué es la naturaleza humana?"
"En
mi libro Intestino grueso digo que, para entender la
naturaleza humana, es preciso que todos los artistas desexcomulguen
el cuerpo, investiguen, de maneras que sólo nosotros sabemos hacer,
al contrario de los científicos, las relaciones secretas y oscuras
entre el cuerpo y la mente, y desmenucen el funcionamiento del animal
en todas sus interacciones."
"La
pornografía, como, por ejemplo, los viajes espaciales y el
sarampión, tiene futuro?"
"La
pornografía está ligada a los órganos de excreción y
reproducción, a la vida, a las funciones que caracterizan la
resistencia a la muerte —la comida y el amor, y sus ejercicios y
resultados: excremento, cópula, esperma, embarazo, parto,
crecimiento. Es nuestra vieja amiga, la pornografía da vida."
"¿Existe
una pornografía de la muerte, cómo creía Gorer? Disculpa que cite
nombres, sé que no te gusta, pero tú creaste el precedente, citando
a Aristóteles, Joyce y Horacio."
"Si,
se está creando. A medida que la cópula se hace más innombrable y
su coro de niñas canta en los estadios de fútbol canciones con
palabras de la vieja pornografía, se va ocultando una cosa cada vez
más innombrable, que es, la muerte como proceso natural, resultante
de la decadencia física, que es, la muerte pornográfica, la muerte
en la cama, por enfermedad —y que se hace cada vez más secreta,
abyecta, desagradable, obscena. La otra muerte —la de los crímenes,
de las catástrofes, de los conflictos, la muerte violenta, es parte
de la Fantasía Ofrecida a las Masas por la Televisión hoy en día,
como las historias de Joãozinho y María anteriormente. Está
surgiendo pues, una nueva pornografía, a la que podríamos denominar
pornografía de Gorer."
"Me
dijiste por teléfono, la frase, adopta un árbol y mata un niño.
¿Significa que odias a la humanidad?"
"Mi
slogan también podría ser, adopta un animal salvaje y mata un
hombre. Eso no es por odio, al contrario, es por amor a mis
semejantes. Sólo tengo miedo de que los seres humanos se transformen
primero en devoradores de insectos y luego en insectos devoradores.
En pocas palabras hay gente de más, o habrá gente de más dentro de
poco en el mundo, creando una excesiva dependencia a la tecnología y
una necesidad de regimentalizar cercana a la del hormiguero. Llegará
el día en que la mejor herencia de un padre a sus hijos sea su
propio cuerpo para alimentarlos. De hecho, es tiempo de que artistas
y escritores hagamos un gran movimiento universal cultural y
religioso, en el sentido de crear el hábito de alimentarnos también
con la carne de nuestros muertos, Jesús, Ala, Mahoma, Moisés,
iniciaron la campaña. Hay un terrible desperdicio de proteínas.
Swift y otros dijeron algo parecido, pero estaban siendo sarcásticos.
Lo que yo propongo es una nueva religión, superantropocéntrica, el
Canibalismo Místico."
"¿Te
comerías a tu papá?"
"En
churrasco o en estofado, no. Pero en forma de bizcocho, como en
aquella película, no tendría la menor repugnancia al devorarlo. Es
posible también que alguien quiera comerse a su madre asada,
rostizada como un pollo, para después lamerse los dedos y los
labios, diciendo, mamá siempre fue muy buena. Es una cuestión de
gusto."
"¿Escribes
tus libros para un lector imaginario?"
"Entre
mis lectores existen también los que son tan idiotas como los
hombres vegetal que pasan todas las horas de ocio mirando televisión.
Me gustaría poder decir que la literatura es inútil, pero no lo es,
sobre todo en este mundo en que pululan cada vez más los técnicos.
Por cada Central Nuclear se necesitan una gran cantidad de poetas y
artistas, de lo contrario estamos jodidos antes incluso de que la
bomba explote."
"¿Existe
una literatura latinoamericana?"
"No
me hagas reír. No hay ni siquiera una literatura brasileña, con
similitudes de estructura, estilo, caracterización, o lo que sea.
Existen personas escribiendo en la misma lengua, en portugués, que
ya es mucho y todo. Yo nada tengo que ver con Guimarães Rosa,
escribo sobre personas apiladas en la ciudad, mientras los
tecnócratas afilan el alambre de púas. Pasamos años y años
preocupados por lo que dijeron algunos científicos cretinos,
ingleses y alemanes (¿Humboldt?), sobre la imposibilidad de crear
una civilización por debajo de la línea del Ecuador y decidimos
arremangarnos, terminamos las pláticas de bar y, partiendo de
nuestras cafeterías de acrílico, hicimos una civilización como la
que ellos querían, y construimos Sao Paulo, Santo André, São
Bernardo y São Caetano, nuestras Mánchesteres tropicales con sus
simientes mortíferas. Hasta ayer el símbolo de la Federación de
las Industrias del Estado de Sao Paulo eran tres chimeneas liberando
gruesos rollos de humo negro en el aire. Estamos matando a todos los
animales, ni el armadillo se escapa, varias especies ya fueron
extintas, un millón de árboles son derrumbados por día, dentro de
poco todos los jaguares serán tapetes de baño, los yacarés del
pantano, bolsos ,y los tapires serán comidos en los restaurantes
típicos, esos donde el sujeto llega, pide capibara a la Thermidor,
prueba un pedazo, sólo para tener que contarle a sus amigos, y tira
el resto. No da más para Diadorim."
"¿Pero
hay o no hay literatura latinoamericana?"
"Sólo
si está encabezada por Knopf."
"¿Qué
puedes decirle a los que están interesados en escribir un libro?
¿Qué consejo le das a los más jóvenes?"
"No
doy consejos. Un sujeto puede intentar escribir la comedia humana
aplicando a su ficción las leyes de la naturaleza y de la
metamorfosis, rompiendo esas mismas leyes, pero tarde o temprano él
acabará escribiendo su libro. Tarde o temprano acabará manchando
sus manos, si persiste."
"Ultima
pregunta: ¿Disfrutas escribir?"
"No,
ningún escritor disfruta escribir. Disfruto amar y beber vino, a mi
edad no debería perder tiempo en otras cosas, pero no puedo dejar de
escribir. Es una enfermedad."
"Creo
que con eso tenemos bastante", le dije apagando la grabadora.
La
entrevista fue transcrita por el Editor.
Llamé
al Autor.
"Dijiste
dos mil seiscientas veintisiete palabras, te mandaremos tu respectivo
cheque."
El
autor no dio ni las gracias. Y me colgó el teléfono.
"Esos
escritores piensan que lo saben todo", dije, irritado.
"Por
eso son peligrosos", dijo el Editor.
Feliz Ano novo, 1975.
Traducción: Eric Leunam
1Sinvergüenza,
persona deshonesta.
2Plato
tradicional de las cocinas brasileña y angoleña hecho a base de
harina de yuca.
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